viernes, septiembre 24

"El Hipyrón" (A pesar de la pesadumbre) Cap III


Ilustración by Alets Trejo

Aquel día era martes 13 de Abril
Variando un poco la rutina, camino por las calles sin saber que hora es. Mi teléfono está descargado y tiene tiempo que no sé nada de la "la Orden Roja". Necesito una fuente eléctrica por sí se les ocurre llamar hoy. Estoy a unos 20 minutos en camión de mi contacto más cercano, quizá unos 45 minutos caminando. Hace demasiado calor y a esta hora todavía me pesa la mochila. No he dormido desde hace -no sé, no tengo idea de la hora- Necesito llegar a una zona segura. Reviso mis posibilidades dentro de mis bolsillos: quedan dos cigarros, un encendedor sin gas y por supuesto el único efectivo que llevo conmigo, soy yo mismo. Ni modo tendré que usar la única opción razonable que me queda.
Cuando llego a casa del Gordo (después del acostumbrado abrazo donde nunca logro abarcar su redondez) el refresco de cola frío me confirma que tomé la mejor acción. Cada trago justifica los minutos perdidos en lo que encontré cliente para los dos cigarros y la espera del transporte bajo el sol; además claro del ahorro de la caminata, tan innecesaria a estas horas.
Después de conectar el celular, descansar el peso de la mochila y pedirle un cigarro al Gordo pudimos entonces comenzar la charla.
-¿Que cuentan tus aventuras NEGRO? ¿Qué tal la paga? ¡Ya hasta traes teléfono!-
-No hay tal paga Gordo, el teléfono es para que la orden me localice. Además como notarás, no es un último modelo, no tiene cámara, es más creo que ni siquiera es polifónico-
-¿Entonces por qué sigues ahí?-
La pregunta del Gordo era completamente válida. Mi vida seguía igual, de un lugar a otro. No recibía un solo centavo de la orden. Sin embargo exactamente ahí radicaba todo. "la Orden Roja" parecía responder el gran enigma. Sin la orden mi vida seguiría igual, de un lugar a otro, sin un centavo y nada más. Sin embargo la existencia de la orden daba sentido a mi propia existencia.
-¿Tu qué harías?- pregunté solo para saber más acerca del pensamiento de mi amigo
-Yo me saldría, así de simple-
-No es tan sencillo. Sea lo que sea esta organización no es cualquier cosa, tiene ninjas y un cardenal es miembro activo. No creo que me dejaran ir tan fácil-
-Tienes razón. Pero si es así, entonces te tendrán vigilado-
-Imagino que sí-
Sabía que estaba pensando el Gordo. Si me tenían vigilado la orden mantendría vigilancia también a toda persona con la que me relacionara.
Segundos antes de que fuera a expresar palabra alguna sonó el teléfono.
Una llamada de la orden. Sonrío desde lo más profundo -que hasta el momento conozco- de mi ser.
Me dan las instrucciones del lugar al que debo ir, me despido del Gordo agradeciéndole su hospitalidad, los cigarros para el camino y la ayuda para el transporte que me da. Me suelto en su abrazo y ahora ya hay dos cosas que reconfortan mi día.
Regularmente la fecha en que me llamó la orden tiende a ser muy mala para mí. No es porque sea martes 13, ni por qué el número en cuestión "sea cabalístico". Una de tantas frases que la masa consensual ha escuchado, repite, pero no tiene ni la más mínima idea de que está diciendo.
-Imagino que tu si sabes qué significa eso de “cabalístico”-
Todos los números naturales son cabalísticos por el simple hecho de aparecer en la kabbalah, la tradición secreta del pueblo de Israel, que no solo incluye a los judíos. Aunque existe una razón en creer que el martes 13 es un día de "mala suerte" eso ha llegado en base a la repetición en vez del entendimiento. Desde tiempos muy antiguos el 13 significaba poder al hallarse sobre el 12, este podemos encontrarlo en múltiples formas, por ejemplo en las tribus de Israel, los apóstoles, los olímpicos, en donde Zeus, padre de los dioses era el que sustentaba el lugar treceavo y desde luego en los signos del zodiaco, relacionado con los planetas que dan precisamente el nombre a los días de la semana. El martes corresponde por supuesto a Marte dios de la guerra romano copiado del dios griego Ares, el Marduk babilónico. En inglés, el día de Thor, el "Thur´s day". Solo sigue la secuencia simbólica: el día de la guerra con un número de poderío...
Aún así, lo que repite la gente sin siquiera saber no eran las razones por las que la fecha me pone en malas situaciones. A través de la observación de mi mismo he detectado que tengo una enfermedad crónica que aparece cada año llamada por mí "síndrome pre-cumpleaños". Comienza siempre siete días antes de la fecha culmen presentando cambios de humor.
-¿Algo así como un desorden hormonal?-
Sé lo que puedes pensar: aún me faltan algunos años para presentar realmente un diagnóstico de desorden hormonal natural. La andropausia. Pero yo llevo con el síndrome desde que tenía 15 años, como sea suelen ser malas fechas.
Bajo del camión y comienzo a caminar con el sol pegándome de lleno hasta llegar al lugar, la estación de bomberos. Un apaga fuegos que se encuentra recargado en el enorme camión escarlata me llama. Me da varios papeles, uno contiene algo escrito, los demás son varios billetes de diferente denominación. El escrito solamente contiene la siguiente frase: " NEGRO vete al carajo." Eso es todo, tomo el dinero y apenas si oigo lo que el bombero intenta explicar.
Voy mirando por la ventanilla del camión escuchando música en un reproductor de C.D´s que compré con el dinero que me dio el bombero de la orden. Comienza a atardecer y el cielo se pinta naranja, el color de la asimilación, de los fines de ciclo, el color que según los budistas tibetanos de la rama Mahayana, de la escuela Vajrayana o "Camino del diamante" es el que más prana-la energía vital del universo-absorbe. El movimiento y el cansancio hacen lo suyo, mis párpados se cierran.
Llega el miércoles 14 de Abril.
Comienza a amanecer justo cuando el camión se detiene, bajo todavía adormilado y respiro un aire poco familiar, un ambiente limpio, un aire de campo. Un lugareño me recibe en forma bastante peculiar.
-¿Señor NEGRO?-
Volteo a verlo. Se ve un hombre fuerte, que trabaja duro. El bigote, las botas, la mezclilla y el sombrero completan el cliché.
-Soy Pedro Pérez, del rancho "el carajo", me enviaron por usted-
Subimos a un camión de carga. La realidad de los aromas es verdaderamente compleja, es cierto que el del campo es un ambiente limpio comparado con el de la ciudad, pero eso no justifica para mí las metáforas o equivalencias de campo igual a aire agradable. El camión en el que viajo -exceptuando por el chofer y un servidor- va lleno de cerdos. Yo apenas soporto el aroma, no puedo imaginar la reacción de alguien que tenga un olfato mejor que el mío, es decir la mayoría de la gente.
-¿Y que tal el viaje? ¿Disfrutó del paisaje?-
-En realidad no, dormí todo el camino-
-¿Duerme mucho?-
-Varía ¿porqué la pregunta?-
-Por que dudo mucho que pueda dormir tanto en el rancho-
No digo nada. Pérez no tiene idea de cuantas horas había pasado sin dormir, por supuesto le parece exagerado que durmiera durante todo el trayecto al pueblo, poco más de 12 hrs. Él simplemente actúa como lo hace la mayoría, observando y opinando todo desde su propio mundo, un mundo que decidieron aceptar sin cuestionar. No lo culpo, probablemente no tuvo opciones y como todos, tiene parte de la enfermedad de los últimos tiempos.
Después de 30 minutos de trayecto por fin llegamos al "carajo". La propiedad se ve bastante extensa; caballerizas, establos, reses y aunque no vi el chiquero, traemos cerdos. Pedro me conduce rumbo a una enorme construcción, me indica cual será mi cuarto y me dice que me acomode en lo que está el almuerzo. Entro a la habitación que contiene una cama matrimonial, dos burós con lámparas de aceite y una cajonera. Dejo la mochila en el suelo y salgo en espera de que alguien de "la Orden Roja" me diga de que se trata esta vez, en vez de ello Pérez regresa para decirme que el desayuno está listo.
Pasan horas sin que alguien se acerque a darme la razón por la que me encuentro hasta "el carajo". Camino por el terreno mientras soy ignorado por todo el personal que se necesita para darle mantenimiento a un lugar de estas dimensiones. Normalmente eso no me incomodaría pero hoy si. ¿Por qué carajos me habían hecho venir?
Pérez se acerca y vuelve a decirme que lo siga. Al fin sabré que hago aquí, ante mi pesadumbre me dejo llevar por lo que yo quiero y no por los hechos. Cuando llegamos al cuarto donde me había instalado dice:
-El patrón avisó por radio que llegará hasta mañana, que no lo espere despierto y que por favor no salga del cuarto hasta que él llegue. ¿Necesita algo?-
Niego con la cabeza y Pérez cierra la puerta de la habitación, enciendo una de las lámparas junto con un cigarro y me recuesto en la cama dejando que las ideas inunden mi mente de la misma forma que el humo lo hace por toda la habitación.
Entonces llega el día jueves 15 de Abril, son las 3:33 a.m.
Un estruendo hace que me incorpore de la cama de un salto, una sinfonía de berridos, mugidos, rebuznos y cochiqueos hacen insoportable el ambiente, me asomó por un ventanal para averiguar que diablos está sucediendo pero la oscuridad de la madrugada me impide determinar cualquier figura con claridad. Observo atento ante cualquier posible señal que pueda ayudarme a determinar qué es lo que provoca la inquietud de los animales y entonces me percato de la causa, es imposible no darse cuenta de ella: una enorme bola de luz que viaja en línea recta, parece estar hecha de fuego mismo y va como un bólido a través del horizonte hasta perderse de mi vista. Pasan varios minutos y poco a poco, con ayuda de los trabajadores, los animales parecen volver a tomar cierta calma y el silencio se vuelve a apoderar del lugar. ¿Qué diantres había sido eso?
Tengo ganas de salir a investigar, aunque Pérez dejó claras instrucciones de que esperara en el cuarto, nunca me he distinguido por ser alguien que siga las reglas.
Llego hasta donde calculo el lugar donde la bola luminosa estuvo, no pasa demasiado para estar seguro de la parte exacta. El terreno se distingue con claridad puesto que se nota quemado, sigo el sendero de tizne que puedo mirar gracias a la linterna de mi teléfono hasta que después de casi una hora de camino alcanzo un estanque donde el rastro desaparece. Busco alrededor sin encontrar nada, la fuente de luz es demasiado pequeña ante la inmensidad de la alborada y la luna nueva solo da permiso a las constelaciones de centellar en la inmensidad del cielo.
Regreso al rancho ante el resultado, esperando tener respuestas cuando el astro rey haga su aparición.
Son las 7:15 a.m el sonido de la madera golpeada junto con la voz de Pedro, me despiertan de nuevo.
-Señor NEGRO el patrón quiere verlo en 10 minutos en los establos-
-En un momento estoy ahí-
Cuando alcanzo el establo noto una camioneta roja para todo terreno estacionada afuera, que deduzco es del “patrón”. Un hombre vestido de vaquero me recibe de manera seca mirándome de arriba abajo.
-Imagino que con la noche de anoche tendrás idea de cual es el asunto aquí-
Lo dejo que continúe hablando. Entre más información pueda obtener de la bola de luz y lo que quieren que haga con ella facilitará mi trabajo.
-La gente del pueblo dice que las bolas de luz son brujas que vuelan en las noches, otros afirman que son demonios que han escapado del infierno y algunos más que se trata de naves extraterrestres-
Mala señal. “El patrón” acaba de mencionar extraterrestres. OVNIS no por favor, lo que sea menos eso, no en estas fechas, no en estos días. Enciendo un cigarro esperando que me digan exactamente que es y no solo los dichos de los lugareños.
La nicotina me tranquiliza y me permite pensar un poco mas claro. La gente dice muchas cosas sin conocer, repite sin saber, sin observar, sin análisis.
El hombre me dice que suba a la camioneta para llevarme a investigar el lugar donde siempre pierden el rastro de la bola de luz, durante el trayecto todo se aclara.
-¿Has escuchado hablar de los “kelpies”?-
Respiro aliviado, no son cosas de ufología. Kelpies, espíritus del agua que toman la forma de caballos negros o blancos con cierto carácter dócil y que provocan el extraño deseo de querer montarlos; cuando alguien cae ante el impulso ya no puede bajarse del animal y es conducido hasta una fuente de agua a todo galope donde el corcel se sumerge y ahoga a su jinete, dándole una muerte terrible, absorbiendo el alma del desafortunado.
-Sí, claro, pero los kelpies no emiten luz, ni siquiera cuando toman la forma del garañón palomino-
-No sabemos exactamente si la bola de luz es un kelpie o no, pero hemos perdido tres de los miembros de la orden ahogados en el estanque, todos han montado a un caballo que se aparece por las noches en el rancho y se transforma en llamas; algunos le dicen “el caballo del diablo” o “el corcel del infierno”-
-¿Y qué necesitan exactamente que yo haga?-
-Que lo atrapes para estudiarlo-
Llegamos al mismo estanque que en la madrugada había alcanzado, caminamos por pura rutina mientras averiguo la frecuencia con la que aparece el equino, todas las noches, según me dicen.
Regresamos al rancho y comienzo a poner mi cabeza a trabajar. Tengo pocas horas para planear como atrapar a un caballo de fuego sin morir en el intento.
11:30 pm
Uno de los mejores jinetes del rancho ha escuchado atento mis instrucciones. El plan es que en cuanto aparezca el caballo, el jinete lo monte pero que no permita que galope, si no que lo dome. El patrón lo eligió por que le pedí a uno de sus mejores hombres, no me cuestionó nada y apoyo mi petición.
Esperamos cerca de cuatro horas a la expectativa dormitando en las camionetas, a unos diez metros de donde la flamígera criatura suele aparecer.
El reloj de mi celular marca las 3:33 a.m del viernes 16 de abril, una masa luminosa resplandece y un caballo se forma, ligeramente lo distingo a lo lejos.
El jinete se monta y la bestia apenas si se mueve, pareciera que son amo y corcel, la escena parece tan tranquila que a todos sorprende un relinchido y las llamas se encienden mientras el jinete se aferra como puede al caballo de fuego. La lucha entre bestia y hombre dura unos cuantos minutos, el jinete no debe tardar en caer, pero en vez de eso el equino comienza a galopar. Las camionetas se encienden ante los gritos del patrón que es el segundo en reaccionar después de escucharme decir:
-¡Va al estanque, sígalos!-
Cuando llegamos al depósito de agua es tarde, el caballo se ha sumergido junto con el jinete y toda el agua se vuelve una caldera infernal que hace imposible el acercarse.
-¡Vámonos al carajo! ¡Ya nada que hacer aquí!- grita el patrón.
Los rostros de los peones son cabizbajos. Pasaran cerca de tres horas para que el estanque vuelva a la normalidad. Tengo que pensar en algo más, pero primero hay que descansar.
Entonces llega el día sábado 17 de Abril, la hora, 3:08 a.m.
Tengo un par de horas en que me despertaron, un peón me ha dicho que quiere montar el caballo del diablo. Le explico que, a pesar de lo que parezca, no es un animal normal, que posee más inteligencia aún que muchos humanos. No parece importarle, según él, observó el error de su compañero y quiere intentarlo.
Nadie soy yo para evitar que alguien que conoce todos los riesgos de morir tome esa decisión. Estamos aguardando a que la criatura se presente cuando me entero que el jinete es nada menos y nada más que el hijo del patrón, que no fue despertado para esta operación.
-Pedro deja la camioneta encendida y aguarda mi orden-
-Sí señor NEGRO-
Justo cuando Junior se monta en el caballo le indico a Pérez
-¡Ahora!-
La camioneta acelera a todo lo que puede mientras Junior hace despliegues de sus capacidades como jinete. Con las manos extendidas hacia el cielo mantiene cierto control sobre el potro mágico, todavía se da el lujo de agitar su sombrero con una mano; justo ahí cuando está por arrancar al galope Pérez pasa cerca para que yo me lance encima de Junior y lo tire de los lomos de la bestia flameante, que se aleja directamente a sumergirse al estanque.
-¿Qué crees que haces?-pregunta indignado Junior
-Te salvo la vida-
-¡Te metiste en broncas NEGRO! ¡No sabes quién soy!- dice molesto.
Los hijos de papi son iguales en el rancho o en la ciudad.
-Sé a la perfección quien eres. Eres el “hijo del papá” ¿y? ¿A mí qué? Tú eres el que no sabe quién soy. Soy quien te salvó la vida. ¡Señor NEGRO para ti! Así que muéstrate agradecido y dile a tu papá que se comunique con la orden. Voy enseñarles como se atrapa a un “corcel del infierno”-
No dejo que tenga réplica y subo a la camioneta con Pérez. Tenemos poco tiempo para preparar todo.
Entonces llega el gran día. Es un domingo 18 de Abril, son las 2:50 a.m.
Aguardo en el lugar donde suele aparecerse el espíritu. No pasan más de 43 minutos cuando un hermoso ejemplar tipo westfaliano de capa alazán con manchas en cabeza tipo lucero y calzado medio se presenta puntual como siempre. Llega y parece observarme desde lejos. ¡Diablos! ¡Qué ganas de montarlo! Me acerco despacio y noto que trae bridas, aunque carece de silla. Me subo en la grupa y todo parece darme vueltas en ese momento. El bruto relincha, se enciende en llamas que no queman pero no permiten la visibilidad, comienza a avanzar y va del paso al trote de manera casi inmediata, el corcel aumenta la velocidad, calculo que vamos a unos 20 km/h.
El caballo siempre ha representado la parte salvaje de la naturaleza humana, desde épocas remotas ha sido símbolo ctónico, es decir relacionado con la tierra, otras veces se le ha asociado como conductor de las almas al reino de los muertos.
No lucho por conducirlo, por el contrario le dejo que alcance el galope libre para que la bestia crea que tiene todo bajo control. Los colores azules, naranjas, amarillos y rojos de las flamas parecen avivarse más ante la velocidad que alcanzamos. Cuando llegamos al estanque el animal se sorprende pero es demasiado tarde. Corto las riendas con la cruz cruzada que le solicité prestada a "la Orden Roja" y entonces libre de las energías que me mantenían en el caballo, salto sobre la paja que habíamos colocado a los lados previamente. El animal no puede detenerse y entra en la gigantesca jaula de hierro que la orden colocó sobre la plataforma del mismo metal con la que cubrimos el estanque. Me levanto y observo a mi presa, completamente satisfecho.
No es un kelpie, es un hipyrón, un caballo de fuego habitante de los reinos feericos qué, como todos los de su especie, pierde sus habilidades al contacto con el hierro.
No fue tan complicado hacer las requisiciones adecuadas, el Patrón es nada más y nada menos que el encargado de los “Micaelitas” y los “Sabuesos”, los grupos que se encargan de la seguridad, caza y captura dentro de "la Orden Roja". El sabía que le había salvado la vida a Junior, así que movió todas sus influencias para darme lo que le había solicitado.
Hay gritos de alegría de todos los trabajadores del rancho, las tejanas vuelan y recibo abrazos y felicitaciones de desconocidos.
Voy de regreso a la ciudad el martes 20 de Abril, a las 8:45 a.m.
Pedro me deja en la estación del pueblo para regresar a la ciudad, también van El patrón y Junior, cuando voy subiendo al camión escucho lo que se convierte en mi regalo de cumpleaños:
-¡Junior! ¿Quién es ese forastero de aspecto tan extraño?- pregunta una voz
-Ese es el señor NEGRO y es el mejor en lo que hace-
-Ok ya entendí que eres muy bueno cazando espíritus, pero ¿Qué demonios tiene que ver eso conmigo?- le digo molesto.
-Tranquilo Pepe, no permitas que te ciegue la ira. Estoy tratando de contarte paso a paso como fue que di contigo, tenme paciencia. Da vuelta aquí por favor-
Obedezco refunfuñando. Me vuelve a dar indicaciones de por dónde dirigirme.
-¿A dónde vamos?- le preguntó cuando me percató que parece saber muy bien nuestro destino.
-A ver a Akiai, necesito cobrar una deuda-
-¿Quién es Akiai? ¿De qué deuda hablas?- no me dijo más en ese momento pues me indicó que estacionara el coche. Se bajó mientras me decía:
-Ya invertiste mucho tiempo hoy. Si quieres saber quién es Akiai ven en tres días a esta misma dirección, te espero a las 7:00 p.m.-
Sé que debí dejarlo ir y nunca acudir a la cita. Pero no pude, la curiosidad pudo más y me presenté puntual con mi grabadora, listo para escuchar la historia de Akiai para ver si esta vez respondía que tenía que ver la orden, el NEGRO y el poseso conmigo.
Cuando llego al lugar NEGRO ya está ahí, vestido todo de oscuro, con su gabardina y la mochila roja colgando del hombro. Sube a mi auto y solo me dice que arranque, hay un silencio incomodo hasta que yo lo irrumpo.
-¿Y bien?- le digo.
El sin voltear a mirarme solo dice:
-Estoy esperando a que pongas tu grabadora Pepe-



Fin del Capítulo III

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"Las aventuras de NEGRO y la Orden Roja, Proyecto AVATAR" Noviembre 2009

3 comentarios:

  1. Para quien convierte lo etéreo en sensorial,
    para quien describe la no realidad en un relato,
    para quien nos aproxima a la siguiente dimension en algo cotidiano,
    para quien es el mejor en lo que hace,
    para ti negro, un saludo y una felicitacion por tu escrito, y el deseo de que tu Tótem (al que por cierto, visualizo como lobo o como pantera) te siga acompañando con exito por camino de tus aventuras.
    Un abrazo. Edna

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  2. Edna:
    Muchísimas gracias por tus comentarios, créeme que se convierten en un GRAN aliciente; especialmente cuando provienen de una persona, que además de escribir, lo hace con tal maestría que realiza magia, creando sortilegios y visualizando mi suerte y mi Tótem, una pantera.
    Devuelvo el saludo y recibo el deseo con gusto pidiendo que continúes con nosotros (mi pantera y yo) en estas aventuras.
    Gracias por la lectura, los comentarios y la magia, no dejes ninguna de esas tres buenas costumbres ;).
    Un gran abrazo...

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  3. Hmmm interesante :P La cosa es que no creo que haya tan poco revuelo cuando se pierde una vida humana así por así por el hypirón, como siempre tus textos están cargados de símbolos nada puestos al azar :)

    Sigo.

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